(Alicante, 1770 - Madrid, 1838)
José Aparicio constituye uno de los máximos exponentes que mejor encarnan los ideales del gusto neoclásico en España. Considerado en su época como un auténtico mito, su figura, con posterioridad, ha ido perdiendo consistencia a los ojos de la crítica, hasta el punto de ser relegado a un inmerecido segundo plano. Juzgado sin apasionamiento, aun dando por sentado evidentes carencias y sin hablar de su indefendible postura política a favor de Fernando VII, Aparicio se nos presenta como un pintor no solo interesante sino imprescindible para conocer lo que fue el desarrollo del arte neoclásico en España.