PASES GUIADOS SÁBADOS 18:30h Y DOMINGOS 12:00h. Actividad gratuita. Plazas limitadas. Inscripción previa llamando al 965 146 780.
Ilusionado en que la estampa, recurso empleado por la Ilustración, difundiera e informara de las barbaries de una España empañada por el régimen absolutista y despertara el deseo en el pueblo de abrazar la libertad, Francisco de Goya realiza de manera ingente dibujos que luego pasa a la plancha en cuatro series: Los Caprichos, Los Desastres de la Guerra, La Tauromaquia y Los Disparates.
La exposición recoge los tres últimos álbumes. Goya los graba como vía de escape a sus sentimientos y concibe estos nuevos temas con tal modernidad que los convierte en atemporales y en predecesores de las imágenes que nos conmueven a diario en los medios sobre nuestro mundo contemporáneo e irracional.
Los Desastres de la guerra (1810-1820)
Goya fue testigo de excepción de la guerra de la Independencia. Con dolido anotar toma imágenes del conflicto, pero no las copia, es la visión independiente y moderna de un artista ante la guerra en la que la muerte siempre está omnipresente y los protagonistas son las víctimas de ambos bandos. El valor de la serie está en la brutalidad conceptual, es una crítica a las consecuencias de las guerras, a la violencia, al sufrimiento, a la insolidaridad del hombre, un argumento que sigue de plena actualidad.
La Tauromaquia (1814-1816)
Por necesidad o por censura, Goya cambia de tema en esta serie y representa el espectáculo del toreo. Sus estampas nada tienen que ver con otras de la época sobre el mismo asunto. Amante de la lidia, el artista se centra en la representación dramática de sucesos reales en torno al toro. Un tema controvertido en su época, al igual que en la sociedad actual, en la que algunos sectores se cuestionan sobre lo que ocurre en los ruedos y en otras fiestas alrededor de este animal.
Los disparates (1815-1824)
Es el álbum más enigmático de Goya, compuesto por grabados que alcanzan la perfección técnica. En ellos conjuga la representación de la realidad y de su mundo interior, onírico y fantástico para denunciar los vicios, debilidades y perjuicios del hombre. Dieciocho estampas cargadas de subjetivismo y surrealismo que cuestionan el irracional comportamiento humano, el mismo que dos siglos después se mantiene latente en nuestra sociedad.