El equipo de restauración de la Diputación de Alicante en las revisiones periódicas que efectúa a las obras expuestas en el MUBAG detectó que el Retrato de Sorolla de Fernando Cabrera Cantó (Alcoi, 1866-1937) presentaba profundas grietas y craquelados inestables a lo largo de los bordes laterales.
En el año 2011 y con motivo de la preparación de las obras para la inauguración, a finales de 2012, de la nueva exposición permanente EL SIGLO XIX EN EL MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista se llevó a cabo su restauración realizando primero una serie de estudios y análisis previos.
ESTUDIOS PREVIOS
Examen organoléptico: este estudio, que se realiza a través de los sentidos, les ofreció ciertos detalles que se apreciaron al quitar el marco del lienzo. Además de las profundas grietas, observaron que los dos bordes laterales eran de un color y textura diferentes al resto del cuadro. El tono era un marrón distinto, su acabado era liso, no se notaba la trama de la tela e invadía el original.
Examen con luz ultravioleta: esta prueba les confirmó lo visto en el examen anterior. Como podéis observar en la imagen, en todo el lateral derecho se distinguía una zona más oscura que evidenciaba un enorme repinte, y en el otro lateral se podía apreciar lo mismo. Este examen también les permitió ver la existencia de una exagerada capa gruesa de barniz en algunas zonas que podría ser una trampa, una manera de tratar de ocultar algo no deseado en la pintura.
Imagen con luz ultravioleta
Examen con reflectografía infrarroja: con este análisis se observó un cambio en la dirección inicial de la mirada.
PROCESO DE RESTAURACIÓN
Una vez realizados los análisis previos se llegó a la conclusión que la obra estaba muy repintada, sobre todo en las zonas laterales, donde había que levantar el repinte para aligerar la pintura.
El proceso fue largo y delicado ya que había que ir buscando pintura original debajo de tantas capas de repinte. En ambos laterales, debajo del repinte, no salía la pintura original sino una capa de un estuco blanco muy grueso que era la causante de las grietas. Este repinte estaba hecho con alguna técnica al agua de ahí su acabado mate y opaco. Los repintes invadían el original en más de una zona.
Ambos laterales con la capa de estuco blanco
Tras la limpieza se llegó a la conclusión, al salir el estuco no original, que se había corregido la obra de tamaño, ampliándola por motivos que desconocemos a día de hoy. Por lo que se decidió mantener su medida, pero solo se reintegraron las lagunas del original y los laterales no se intervinieron, se cubrieron con unas tiras de cartón de conservación de un color neutro.
Una restauración compleja pero muy interesante que logró resolver los daños de este retrato de Cabrera realizado a su amigo Sorolla.